Löydetty 32 Tulokset: mayores

  • Los tres hijos mayores de Jesé habían marchado a la guerra con Saúl; el mayor se llamaba Eliab, el segundo Abinadab y el tercero Sammá. (I Samuel 17, 13)

  • David era el más pequeño. Los tres mayores habían seguido a Saúl. (I Samuel 17, 14)

  • Se hizo el censo de los levitas mayores de treinta años; contados uno a uno, resultaron treinta y ocho mil. (I Crónicas 23, 3)

  • De hecho, según las últimas disposiciones de David, los levitas inscritos en el censo eran sólo mayores de veinte años. (I Crónicas 23, 27)

  • Amasías reunió a los de Judá y los distribuyó en familias patriarcales bajo jefes de millar y centuria, por todo Judá y Benjamín. Registró a todos los mayores de veinte años, y sumaban trescientos mil hombres escogidos, aptos para la guerra y diestros en la lanza y el escudo. (II Crónicas 25, 5)

  • El registro de los sacerdotes estaba hecho por familias patriarcales; y el de los levitas mayores de veinte años, por sus funciones y sus clases; (II Crónicas 31, 17)

  • Elihú había esperado mientras ellos hablaban, porque eran mayores que él. (Job 32, 4)

  • Entonces Simón llamó a sus dos hijos mayores y les dijo: "Yo, mis padres y la casa de mi padre hemos luchado desde nuestra juventud hasta hoy contra los enemigos de Israel y hemos conseguido muchas veces liberar a Israel. (I Macabeos 16, 2)

  • Filipo, al ver los éxitos crecientes de Judas y sus victorias cada vez mayores y más frecuentes, escribió a Tolomeo, general de Celesiria y Fenicia, para que viniera a poner a salvo los intereses del rey. (II Macabeos 8, 8)

  • y deseando por nuestra parte que esta nación viva en paz, hemos decretado que les sea restituido el templo y se les deje vivir según las leyes y costumbres de sus mayores. (II Macabeos 11, 25)

  • Lo puso todo en manos de Dios y exhortó a sus tropas a luchar heroicamente hasta la muerte por las leyes, por el templo y la ciudad, por la patria y las instituciones de los mayores. (II Macabeos 13, 14)

  • Muchas cosas hay ocultas mayores que éstas, y pocas son las cosas que hemos visto de entre sus obras. (Eclesiástico 43, 32)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina