Löydetty 56 Tulokset: maldición

  • si mi padre me palpa, se dará cuenta de que le estoy engañando, y yo atraería sobre mí una maldición en lugar de la bendición". (Génesis 27, 12)

  • Su madre le respondió: "Tu maldición, hijo mío, caiga sobre mí. Tú obedéceme; ve y tráeme los cabritos". (Génesis 27, 13)

  • Pondrá a la mujer en presencia del Señor, le descubrirá la cabeza y le pondrá en las manos la ofrenda conmemorativa, es decir, la ofrenda de celos, mientras él tiene en su mano el agua amarga de la maldición. (Números 5, 18)

  • Tomará juramento a la mujer y le dirá: Si no has dormido con otro hombre, no te has desviado ni te has deshonrado siendo infiel a tu marido, que no te pase nada al beber esta agua amarga de la maldición. (Números 5, 19)

  • (el sacerdote tomará juramento a la mujer diciendo): Que el Señor te haga objeto de maldición en medio de tu pueblo, que se malogre tu criatura y que se te hinche tu vientre. (Números 5, 21)

  • Entre esta agua de maldición en tus entrañas hasta que se hinche tu vientre y malogre tu criatura. La mujer contestará: ¡Que así sea! (Números 5, 22)

  • Hará beber a la mujer el agua amarga de la maldición hasta que penetre en ella y le produzca amargura. (Números 5, 24)

  • Cuando haya bebido el agua, si realmente se ha deshonrado engañando a su marido, el agua de la maldición entrará en ella y le producirá amargura, su vientre se hinchará, su criatura se malogrará y vendrá a ser objeto de maldición en medio de su pueblo. (Números 5, 27)

  • Mirad: yo os pongo hoy delante bendición y maldición. (Deuteronomio 11, 26)

  • maldición, si no obedecéis los mandamientos del Señor, vuestro Dios, si os apartáis del camino que yo os he enseñado y os vais tras los dioses que no habéis conocido. (Deuteronomio 11, 28)

  • Cuando el Señor, tu Dios, te haya llevado a la tierra donde vas a entrar para tomar posesión de ella, colocarás la bendición sobre el monte Garizín y la maldición sobre el monte Ebal. (Deuteronomio 11, 29)

  • Pero el Señor, tu Dios, no escuchó a Balaán, e incluso cambió la maldición en bendición en favor tuyo; porque el Señor, tu Dios, te ama. (Deuteronomio 23, 6)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina