Löydetty 3593 Tulokset: les
Dios no perdonó a los ángeles pecadores, sino que los arrojó al infierno, y los encerró en las prisiones tenebrosas en espera del juicio; (II Pedro 2, 4)
no perdonó al mundo antiguo, sino que, reservándose sólo ocho personas, entre las cuales Noé, como heraldo de justicia, desencadenó el diluvio sobre el mundo de los que practicaban la injusticia; (II Pedro 2, 5)
El Señor sabe librar a los piadosos de la tentación y reservar a los criminales para ser castigados el día del juicio, (II Pedro 2, 9)
cuando los mismos ángeles, aun siendo superiores en fuerza y en poder, no se atreven a pronunciar contra ellos ninguna injuria en presencia del Señor. (II Pedro 2, 11)
Estos hombres son como animales irracionales, destinados por ley natural a ser cazados y a morir; hablan mal contra las cosas que no conocen, y morirán como los animales; (II Pedro 2, 12)
tienen sus ojos llenos de adulterio y no se hartan de pecar; seducen a los inestables; tienen el corazón habituado a la avaricia, son gente maldita. (II Pedro 2, 14)
Éstos son fuentes sin agua, nubes azotadas por el viento, a quienes les aguardan densas tinieblas. (II Pedro 2, 17)
Con sus discursos pomposos y vacíos despiertan los deseos carnales y el desenfreno de aquellos que apenas habían logrado escapar de los que viven en el error. (II Pedro 2, 18)
Les prometen la libertad, mientras ellos son esclavos de la corrupción, puesto que somos esclavos de aquel que nos ha dominado. (II Pedro 2, 19)
Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, apartarse del mandamiento santo que se les había transmitido. (II Pedro 2, 21)
Recordad las palabras que os anunciaron los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador transmitido por vuestros apóstoles. (II Pedro 3, 2)
En cambio, la misma palabra de Dios tiene reservados y guardados los cielos y la tierra actuales para el día del juicio y de la perdición de los malhechores. (II Pedro 3, 7)