Löydetty 195 Tulokset: lejos

  • Él respondió: "¡Lejos de ti tal pensamiento! No morirás. Mira, mi padre no hace cosa alguna importante o insignificante sin manifestármela confidencialmente. ¿Por qué me iba a ocultar mi padre este asunto? No es posible". (I Samuel 20, 2)

  • Jonatán respondió: "¡Lejos de mí tal pensamiento! Si yo llego a saber que mi padre ha decidido matarte, ¿no te advertiría yo mismo?". (I Samuel 20, 9)

  • David se levantó y huyó aquel día lejos de Saúl, llegando a Aquís, rey de Gat. (I Samuel 21, 11)

  • ¿Acaso es hoy cuando he comenzado a consultar a Dios por él? Lejos de mí todo otro pensamiento. Que el rey no haga cargo alguno a su siervo y a toda su familia, porque tu siervo no sabe de todo este asunto ni poco ni mucho". (I Samuel 22, 15)

  • Aunque alguno se levante para perseguirte y buscar tu vida, la vida de mi señor está guardada en la bolsa de la vida, junto al Señor, tu Dios; pero la vida de tus enemigos la lanzará lejos, como se lanzan las piedras con la honda. (I Samuel 25, 29)

  • David pasó al extremo opuesto y se detuvo a lo lejos sobre la cumbre de la montaña; había entre ellos un gran trecho. (I Samuel 26, 13)

  • Que mi sangre no caiga en tierra lejos de la presencia del Señor. Porque el rey ha salido a buscar mi vida como se persigue una perdiz por los montes". (I Samuel 26, 20)

  • Llamó al joven que le servía, y le dijo: "Echa a ésta de aquí, lejos de mí, y cierra la puerta". (II Samuel 13, 17)

  • Porque todos morimos y somos como agua derramada en tierra y que no puede recogerse. Dios no quita la vida, ni quiere que el fugitivo esté exiliado lejos de él. (II Samuel 14, 14)

  • El rey dijo a Itay, el de Gat: "¿Por qué vienes tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey, porque tú eres extranjero y también tú estás exiliado lejos de tu país. (II Samuel 15, 19)

  • Joab respondió: "¡Lejos, lejos de mí! Yo no quiero destruir ni devastar. (II Samuel 20, 20)

  • Fui para con él irreprochable, y estoy lejos de la injusticia. (II Samuel 22, 24)


“Quando Jesus vem a nós na santa comunhão, encontra alegria em Sua criatura. Por nossa parte, procuremos Nele a nossa alegria.” São Padre Pio de Pietrelcina