Löydetty 297 Tulokset: haber

  • El Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás del polvo de la tierra todos los días de tu vida. (Génesis 3, 14)

  • Al hombre le dijo: "Por haber hecho caso a tu mujer y por haber comido del árbol prohibido, maldita sea la tierra por tu culpa. Con trabajo sacarás de ella tu alimento todo el tiempo de tu vida. (Génesis 3, 17)

  • y después de haber engendrado a Enós, vivió todavía ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 7)

  • y después de haber engendrado a Quenán, vivió todavía ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 10)

  • y después de haber engendrado a Mahalalel, vivió todavía ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 13)

  • y después de haber engendrado a Yéred, vivió todavía ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 16)

  • y después de haber engendrado a Henoc, vivió todavía ochocientos años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 19)

  • y después de haber engendrado a Matusalén, siguió los caminos de Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 22)

  • y después de haber engendrado a Lamec, vivió todavía setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 26)

  • Lamec, después de haber engendrado a Noé, vivió todavía quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 30)

  • se arrepintió de haber creado al hombre sobre la tierra, y con gran dolor (Génesis 6, 6)

  • Éste es mi pacto con vosotros: Ningún ser viviente volverá a ser exterminado por las aguas del diluvio, ni volverá a haber diluvio que arrase la tierra". (Génesis 9, 11)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina