Löydetty 474 Tulokset: gran

  • El comandante se lo permitió. Pablo, puesto en pie sobre las escaleras, hizo ademán al pueblo con la mano, y se hizo un gran silencio. Entonces habló en lengua hebrea: (Hechos 21, 40)

  • Pero sucedió que cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente me envolvió un gran resplandor del cielo. (Hechos 22, 6)

  • Como no veía nada debido a aquel gran resplandor, entré en Damasco llevado de la mano de mis compañeros de viaje. (Hechos 22, 11)

  • Se produjo un gran alboroto. Algunos maestros de la ley de la parte de los fariseos se levantaron y afirmaron enérgicamente: "Nosotros no encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?". (Hechos 23, 9)

  • "Gracias a ti, oh excelentísimo Félix, gozamos de una gran tranquilidad, y si esta nación ha obtenido saludables reformas, se debe a tu providencia; nosotros lo reconocemos siempre y en todas partes con la más profunda gratitud. (Hechos 24, 3)

  • Así pues, al día siguiente Agripa y Berenice llegaron con gran pompa y entraron en la audiencia con los jefes militares y las autoridades de la ciudad. Festo mandó que trajeran a Pablo. (Hechos 25, 23)

  • ¿Qué tienes tú que decir en contra, si Dios, queriendo manifestar su indignación y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia a los que estaban preparados para la destrucción; (Romanos 9, 22)

  • Ahora me dirijo a vosotros, los paganos. Como apóstol vuestro, procuro dar gran realce a mi ministerio, (Romanos 11, 13)

  • Habéis sido comprados a gran precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo. (I Corintios 6, 20)

  • A gran precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. (I Corintios 7, 23)

  • Entrad en razón y no pequéis, pues algunos tienen gran ignorancia de Dios. Os lo digo para vergüenza vuestra. (I Corintios 15, 34)

  • Pues si participamos grandemente en los sufrimientos de Cristo, también gracias a Cristo recibimos un gran consuelo. (II Corintios 1, 5)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina