Löydetty 133 Tulokset: fiesta de la dedicación

  • Todo el pueblo hizo fiesta, y la ciudad recobró la tranquilidad. Atalía había muerto a espada. (II Crónicas 23, 21)

  • Acudió a Jerusalén una gran multitud de gente para celebrar la fiesta de los panes sin levadura en el segundo mes. (II Crónicas 30, 13)

  • Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron la fiesta de los panes sin levadura durante siete días con gran alegría, mientras los levitas y los sacerdotes cantaban con toda fuerza las alabanzas del Señor día tras día. (II Crónicas 30, 21)

  • Ezequías tuvo palabras de elogio para todos los levitas que se habían distinguido en el servicio del Señor. Celebraron la fiesta durante siete días, inmolando las víctimas de los sacrificios de reconciliación y cantando las alabanzas del Señor, Dios de sus padres. (II Crónicas 30, 22)

  • Pero toda la asamblea decidió alargar la fiesta siete días más, y así se hizo con gran alegría, (II Crónicas 30, 23)

  • Hubo una gran fiesta en Jerusalén, como no se había visto desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel. (II Crónicas 30, 26)

  • Los israelitas que se encontraban presentes celebraron la pascua, y durante siete días la fiesta de los panes sin levadura. (II Crónicas 35, 17)

  • Celebraron también la fiesta de los tabernáculos, según está prescrito, ofreciendo cada día el número de holocaustos ritualmente establecidos. (Esdras 3, 4)

  • Los israelitas, sacerdotes, levitas y demás repatriados celebraron con júbilo la dedicación del templo de Dios. (Esdras 6, 16)

  • Ofrecieron para la dedicación de este templo de Dios cien novillos, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y, como sacrificio por el pecado de todo Israel, doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel. (Esdras 6, 17)

  • Celebraron con júbilo la fiesta de los panes sin levadura durante siete días, porque el Señor les había llenado de alegría al mover el corazón del rey de Asiria para ayudarles en las obras del templo de Dios, el Dios de Israel. (Esdras 6, 22)

  • Y el pueblo entero se fue a comer y beber, a invitar a los demás y a celebrar la fiesta, porque habían comprendido lo que les habían enseñado. (Nehemías 8, 12)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina