Löydetty 216 Tulokset: familia de Neftalí

  • Algunos de los cabezas de familia hicieron donativos para la obra. El gobernador dio al tesoro mil dracmas de oro, cincuenta copas y treinta túnicas sacerdotales. (Nehemías 7, 69)

  • Entre los cabezas de familia dieron al tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas minas de plata. (Nehemías 7, 70)

  • El segundo día, los cabezas de familia de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas se reunieron con Esdras, el escriba, para seguir escuchando las palabras de la ley. (Nehemías 8, 13)

  • los sacerdotes, los levitas y el pueblo regulamos también, por suertes, la aportación de la leña que cada familia, a su turno, debía suministrar cada año al templo de nuestro Dios para quemarla sobre el altar del Señor, nuestro Dios, como está escrito en la ley: (Nehemías 10, 35)

  • y sus hermanos cabezas de familia: doscientos cuarenta y dos; y Amasay, hijo de Azarel, hijo de Ajzay, hijo de Mesilemot, hijo de Imer, (Nehemías 11, 13)

  • Los levitas, cabezas de familia, fueron inscritos en el libro de las Crónicas; pero sólo hasta la época de Yojanán, nieto de Eliasib. (Nehemías 12, 23)

  • Historia de Tobit, hijo de Tobiel, hijo de Ananiel, hijo de Aduel, hijo de Gabael, descendientes de Asiel, de la tribu de Neftalí, (Tobías 1, 1)

  • que en tiempos de Salmanasar, rey de Asiria, fue llevado cautivo desde Tisbe, que está a la derecha de Cades de Neftalí, en la alta Galilea, por encima de Jasor, hacia occidente al norte de Safed. (Tobías 1, 2)

  • Cuando yo era joven y me encontraba en la tierra de Israel, toda la tribu de nuestro padre Neftalí se había separado de la dinastía de David y de Jerusalén, ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para ofrecer sacrificios, pues allí se había construido y consagrado para siempre el templo, morada de Dios. (Tobías 1, 4)

  • Todas las tribus que habían apostatado, incluida la de nuestro padre Neftalí, ofrecían sacrificios al becerro de oro que había levantado Jeroboán, rey de Israel, en Dan, sobre todos los montes de Galilea. (Tobías 1, 5)

  • Cuando fui mayor, me casé con una mujer de nuestra familia, llamada Ana, de la que tuve un hijo llamado Tobías. (Tobías 1, 9)

  • Tobías fue a su casa y dijo a su padre: "He encontrado a un israelita, compatriota nuestro". Su padre le respondió: "Llámalo para que sepa a qué familia y tribu pertenece y, si es persona de confianza, para acompañarte". (Tobías 5, 9)


“Somente por meio de Jesus podemos esperar a salvação.” São Padre Pio de Pietrelcina