Löydetty 204 Tulokset: familia de Aser

  • pasaron al otro lado y lo dispusieron todo para ayudar a pasar a la familia del rey y hacer lo que quisiera. Semeí, hijo de Guerá, se arrojó a los pies del rey cuando iba a pasar el Jordán, (II Samuel 19, 19)

  • Porque toda la familia de mi padre es merecedora de la muerte por parte de mi señor, el rey; y, sin embargo, tú has admitido a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho puedo tener yo para implorar todavía al rey?". (II Samuel 19, 29)

  • Todos los israelitas fueron a decir al rey: "¿Por qué te han acaparado nuestros hermanos de Judá, para hacer pasar el Jordán al rey, a su familia y a todos sus hombres?". (II Samuel 19, 42)

  • Los gabaonitas le respondieron: "No se trata de una cuestión de plata o de oro con Saúl y su familia, ni queremos que nadie muera en Israel". David dijo: "Haré por vosotros lo que me digáis". (II Samuel 21, 4)

  • Cuando David vio al ángel que azotaba al pueblo, dijo al Señor: "Yo soy quien ha pecado y ha obrado mal; pero estos otros, el rebaño, ¿qué han hecho? Que tu mano caiga sobre mí y sobre mi familia". (II Samuel 24, 17)

  • Baaná, hijo de Yusay, en Aser y Alot; (I Reyes 4, 16)

  • Eliseo dijo a la mujer cuyo hijo había resucitado: "Levántate y vete con tu familia a fijar tu residencia dondequiera que sea, porque el Señor ha llamado al hambre, que penetrará en el país durante siete años". (II Reyes 8, 1)

  • La mujer hizo sin demora lo que el hombre de Dios le había dicho, se fue con su familia y residió como emigrante en el país de los filisteos durante siete años. (II Reyes 8, 2)

  • Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, fue y exterminó a toda la familia real. (II Reyes 11, 1)

  • Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser. (I Crónicas 2, 2)

  • Ají, hijo de Abdiel, hijo de Guni, era el jefe de la familia patriarcal. (I Crónicas 5, 15)

  • (47 )A los hijos de Guersón y sus clanes, trece ciudades de las tribus de Isacar, de Aser, de Neftalí y de Manasés, en Basán (I Crónicas 6, 62)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina