Löydetty 45 Tulokset: duelo

  • Nadie partirá el pan con quien está de duelo para consolarlo por un muerto; nadie le ofrecerá la copa del consuelo por la muerte del padre o de la madre. (Jeremías 16, 7)

  • No lloréis al que está muerto, no hagáis duelo por él; llorad amargamente por el que parte, porque no volverá más, no verá más la tierra en que nació. (Jeremías 22, 10)

  • Los caminos de Sión están en duelo, pues nadie ya viene a sus fiestas; todas sus puertas asoladas, gimiendo sus sacerdotes, sus doncellas en pena, toda, ay, repleta de amargura. (Lamentaciones 1, 4)

  • Se ha acabado la alegría de nuestro corazón, en duelo se ha convertido nuestra danza. (Lamentaciones 5, 15)

  • Con gozo los había yo criado y los he visto partir con llanto y duelo. (Baruc 4, 11)

  • Os he visto partir con llanto y duelo, pero el Señor os devolverá a mí entre alegría y gozo para siempre. (Baruc 4, 23)

  • El rey estará en duelo, el príncipe sumido en la desolación, las manos de la gente del pueblo temblarán. Yo los trataré según su proceder y los juzgaré según su manera de juzgar, y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 7, 27)

  • Suspira en silencio, no hagas luto; cíñete el turbante a tu cabeza, ponte en los pies las sandalias; no te cubras la barba, no comas el pan del duelo". (Ezequiel 24, 17)

  • Y habéis de hacer como he hecho yo: no os cubriréis la barba, no comeréis el pan del duelo. (Ezequiel 24, 22)

  • Esto dice el Señor Dios: El día en que bajó al reino de la muerte, en señal de duelo por él cerré el abismo, contuve sus ríos y las abundantes aguas se estancaron; vestí por él de luto al Líbano, y todos los árboles del campo se secaron por él. (Ezequiel 31, 15)

  • No harán al Señor más ofrendas de vino ni ofrecerán sus víctimas; como pan de duelo será su alimento; cuantos lo coman se contaminarán. Su pan será sólo para ellos, no entrará en la casa del Señor. (Oseas 9, 4)

  • Sacrificio y ofrenda han desaparecido de la casa del Señor. Los sacerdotes, ministros del Señor, hacen duelo. (Joel 1, 9)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina