Löydetty 95 Tulokset: dije

  • De la risa dije: "Locura"; y de la alegría: "¿Para qué sirve?". (Eclesiastés 2, 2)

  • Me dije: "Como la suerte del necio, así será la mía. Entonces, ¿qué provecho voy a tener en adquirir más sabiduría?". Y dije en mi corazón que también eso es vanidad. (Eclesiastés 2, 15)

  • Me dije: Dios juzgará al justo y al criminal, porque hay un tiempo para cada cosa y para cada acción aquí. (Eclesiastés 3, 17)

  • También me dije acerca de la conducta de los hombres: es para que Dios los manifieste tales cuales son y para hacerlos ver que por sí mismos son como animales. (Eclesiastés 3, 18)

  • Todas estas cosas las he examinado con sabiduría, pues dije: "Yo quiero hacerme sabio"; pero la sabiduría quedó lejos de mí. (Eclesiastés 7, 23)

  • Yo dije: "Regaré mi huerto y empaparé mis prados". Y he aquí que mi canal se hizo un río, y el río se hizo mar. (Eclesiástico 24, 31)

  • Yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y me respondió: Hasta que las ciudades estén devastadas y desiertas, las casas vacías y la tierra abandonada; (Isaías 6, 11)

  • tú, a quien yo tomé de los confines de la tierra, a quien llamé de remotas regiones, a quien dije: Tú, mi siervo, yo te he elegido y no te he desechado; (Isaías 41, 9)

  • Yo dije: "¡Ah, Señor Dios, mira que yo no sé hablar; soy joven!". (Jeremías 1, 6)

  • Yo no dije nada ni di orden alguna a vuestros padres, el día en que los saqué del país de Egipto, referente a sacrificios y holocaustos. (Jeremías 7, 22)

  • En los mismos términos hablé también a Sedecías, rey de Judá. Le dije: "Ofreced vuestro cuello al yugo del rey de Babilonia; someteos a él y a su pueblo, y viviréis. (Jeremías 27, 12)

  • Y a los sacerdotes y a todo este pueblo les dije: "Esto dice el Señor: No escuchéis las palabras de esos profetas que os dicen: Pronto volverán de Babilonia los utensilios del templo del Señor, pues es mentira lo que os dicen. (Jeremías 27, 16)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina