Löydetty 215 Tulokset: diez plagas
El vestíbulo de delante del santuario tenía diez metros de largo a lo ancho del edificio, cinco de ancho a lo largo del mismo y sesenta de alto. Su interior estaba revestido de oro puro. (II Crónicas 3, 4)
Construyó; luego el lugar santísimo, de diez metros de largo, diez de ancho y diez de alto. Lo revistió de oro puro, por un peso total de unas veinte toneladas. (II Crónicas 3, 8)
Las alas de los querubines tenían en conjunto diez metros de largas; cada ala medía dos metros y medio. Un ala rozaba con la pared y la otra con el ala del otro querubín. (II Crónicas 3, 11)
Las alas de los querubines, desplegadas, medían diez metros. Los querubines estaban de pie, con sus rostros vueltos hacia dentro. (II Crónicas 3, 13)
Hizo un altar de bronce de diez metros de largo, diez de ancho y cinco de alto. (II Crónicas 4, 1)
Hizo diez aguamaniles, cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y purificar en ellos la víctima del holocausto. Los sacerdotes se lavaban en la pila. (II Crónicas 4, 6)
Hizo diez candelabros de oro, según la forma prescrita, y los puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. (II Crónicas 4, 7)
Hizo diez mesas, que colocó en la nave central, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. Hizo cien aspersorios de oro. (II Crónicas 4, 8)
las diez basas y los diez aguamaniles, (II Crónicas 4, 14)
Abías murió y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. Le sucedió en el trono su hijo Asá; la tierra gozó de paz durante diez años. (II Crónicas 13, 23)
Amasías cobró ánimo, partió a la cabeza de sus tropas y llegó al calle de la Sal, donde derrotó a diez mil hombres de Seír. (II Crónicas 25, 11)
Los de Judá capturaron vivos otros diez mil, que condujeron a la cima de la Roca, desde donde los despeñaron, muriendo todos estrellados. (II Crónicas 25, 12)