Löydetty 101 Tulokset: descripción de la conquista de canaán

  • Somos doce hermanos hijos de un mismo padre; uno ya no vive y el menor se ha quedado con nuestro padre en la tierra de Canaán. (Génesis 42, 32)

  • Ya ves que el dinero que encontramos en la boca de los sacos te lo hemos traído desde la tierra de Canaán; ¿cómo podríamos haber robado plata u oro de la casa de tu señor? (Génesis 44, 8)

  • El Faraón dijo a José: "Di a tus hermanos: Haced lo siguiente: cargad vuestros asnos y volved a la tierra de Canaán. (Génesis 45, 17)

  • Ellos subieron de Egipto y llegaron a Canaán, donde su padre, Jacob, (Génesis 45, 25)

  • Llevaron también consigo sus ganados y cuanto habían adquirido en la tierra de Canaán. Jacob emigró a Egipto con todos sus descendientes, (Génesis 46, 6)

  • Hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Zéraj; pero Er y Onán habían muerto en la tierra de Canaán. (Génesis 46, 12)

  • José dijo a sus hermanos: "Voy a comunicárselo al Faraón y a decirle: Mis hermanos y la familia de mi padre, que estaban en Canaán, han venido aquí. (Génesis 46, 31)

  • José fue a comunicárselo al Faraón: "Mi padre y mis hermanos han venido de Canaán con sus rebaños y ganados y con todo cuanto tienen y están ya en la región de Gosen". (Génesis 47, 1)

  • Y añadieron: "Hemos venido a habitar en este país porque en Canaán no hay pastos para los ganados de tus siervos y el hambre se ha agravado; permite que tus siervos habiten en la región de Gosen". (Génesis 47, 4)

  • Por entonces no había pan en el país, pues el hambre se había agravado en extremo. Egipto y Canaán desfallecían de hambre. (Génesis 47, 13)

  • José iba reuniendo todo el dinero que había en Egipto y Canaán a cambio del grano que le compraban, y lo iba depositando en la casa del Faraón. (Génesis 47, 14)

  • En Egipto y Canaán se acabó el dinero. Todos los egipcios se llegaron a José diciéndole: "Danos pan; ¿es que vamos a morir ante tus ojos porque no tenemos ya dinero?". (Génesis 47, 15)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina