Löydetty 931 Tulokset: cuarenta años en el desierto

  • José murió a los ciento diez años, lo embalsamaron y lo pusieron en un sarcófago en Egipto. (Génesis 50, 26)

  • Moisés era el pastor del ganado de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Llevó el ganado más allá del desierto y llegó al monte de Dios, el Horeb. (Exodo 3, 1)

  • Ellos escucharán tu voz. Tú con los ancianos de Israel irás al rey de Egipto y le diréis: El Señor, Dios de los hebreos, se nos ha aparecido; déjanos ir a tres días de camino por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios. (Exodo 3, 18)

  • El Señor dijo a Aarón: "Sal al encuentro de Moisés en el desierto". Fue y, cuando lo encontró en el monte de Dios, lo besó. (Exodo 4, 27)

  • Después de esto, Moisés y Aarón se presentaron ante el Faraón y le dijeron: "Esto dice el Señor, Dios de Israel: Deja ir a mi pueblo para que celebre una fiesta en el desierto". (Exodo 5, 1)

  • Ellos le dijeron: "El Dios de los hebreos se nos ha aparecido. Deja que vayamos al desierto, a tres jornadas de camino, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o espada". (Exodo 5, 3)

  • Éstos son los nombres de los hijos de Leví con sus familias: Guersón, Quehat y Merarí. Leví vivió ciento treinta y siete años. (Exodo 6, 16)

  • Hijos de Quehat: Amrán, Yishar, Hebrón y Uziel. Quehat vivió ciento treinta y tres años. (Exodo 6, 18)

  • Amrán se casó con Yakébet, su tía, de la que tuvo a Aarón y a Moisés. Amrán vivió ciento treinta y siete años. (Exodo 6, 20)

  • Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres cuando hablaron al Faraón. (Exodo 7, 7)

  • y le dirás: El Señor, Dios de los hebreos, me ha enviado para decirte: Deja ir a mi pueblo para que me sirva en el desierto, pero hasta ahora no has querido escuchar. Ahora dice el Señor: (Exodo 7, 16)

  • Tenemos que ir por el desierto tres jornadas de camino para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios, según él nos diga". (Exodo 8, 23)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina