Löydetty 3077 Tulokset: construir casa sobre roca

  • pues el Señor había hecho estéril el seno de todas las mujeres en la casa de Abimelec por lo de Sara, mujer de Abrahán. (Génesis 20, 18)

  • Abrahán se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar; puso el niño sobre su hombro, y la despidió. Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Berseba. (Génesis 21, 14)

  • Abrahán tomó la leña del holocausto y la puso sobre el hombro de su hijo Isaac. Después tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos. (Génesis 22, 6)

  • Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abrahán levantó un altar; preparó la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña. (Génesis 22, 9)

  • Y el ángel le dijo: "No lleves tu mano sobre el muchacho, ni le hagas mal alguno. Ya veo que temes a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu hijo único". (Génesis 22, 12)

  • Abrahán dijo al criado más antiguo de su casa, que llevaba la administración de todos sus bienes: "Pon tu mano bajo mi muslo. (Génesis 24, 2)

  • El Señor, Dios del cielo y de la tierra, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi familia, que me habló y me juró diciéndome: Yo daré esta tierra a tu descendencia, él enviará su ángel delante de ti, para que tomes de allí mujer para mi hijo. (Génesis 24, 7)

  • Ella respondió: "Bebe, señor"; e inclinando en seguida el cántaro sobre su brazo, le dio de beber. (Génesis 24, 18)

  • "¿De quién eres hija? Dime, por favor, ¿habrá sitio en la casa de tu padre para pasar yo allí la noche?". (Génesis 24, 23)

  • diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de mi amo Abrahán, que no ha dejado de mostrar su amistad y bondad para con mi señor y a mí me ha encaminado a la casa de los hermanos de mi amo". (Génesis 24, 27)

  • La joven corrió a casa de su madre y contó todo lo sucedido. (Génesis 24, 28)

  • y le dijo: "Ven, bendito del Señor, ¿por qué has de quedarte afuera? Tengo ya dispuesta la casa y el lugar para los camellos". (Génesis 24, 31)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina