Löydetty 129 Tulokset: buena

  • si habéis obrado de buena fe y con justicia con Yerubaal y su casa en el día de hoy, entonces que Abimelec sea vuestra gloria y vosotros la suya. (Jueces 9, 19)

  • Ellos respondieron: "Hemos ido y recorrido la región hasta Lais. ¡Ánimo! Vamos a atacarlos, porque hemos visto que la tierra es muy buena. No dudéis en poneros en camino para conquistar aquella tierra. (Jueces 18, 9)

  • Jesé mandó a buscarle. Era rubio, de buen aspecto y de buena presencia. Y el Señor dijo: "Levántate y úngele, porque es éste". (I Samuel 16, 12)

  • Uno de los jóvenes le dijo: "Yo conozco a un hijo de Jesé, el de Belén, que toca muy bien la cítara; es valiente y hombre de guerra, sabio en sus palabras, de buena presencia, y el Señor está con él". (I Samuel 16, 18)

  • Miró el filisteo, vio a David y le despreció, porque era joven, rubio y de buena presencia. (I Samuel 17, 42)

  • Les cortaron la cabeza, les despojaron de sus armas e hicieron publicar la buena nueva por todo el país de los filisteos, a los cuatro vientos, a sus ídolos y al pueblo. (I Samuel 31, 9)

  • Que el Señor os trate con misericordia y fidelidad. También yo os pagaré esta buena obra por haberos portado así. (II Samuel 2, 6)

  • que si al que me anunció la muerte de Saúl creyendo que me daba una buena noticia, yo lo agarré y lo maté en Sicelag en lugar de darle una recompensa, (II Samuel 4, 10)

  • Absalón le decía: "Mira, tu causa es buena y justa; pero no hay quien te escuche de parte del rey". (II Samuel 15, 3)

  • De Jerusalén habían ido con Absalón doscientos hombres invitados por él, que iban de buena fe, sin saber nada. (II Samuel 15, 11)

  • Ajimás, hijo de Sadoc, dijo "Déjame ir corriendo a dar al rey esta buena nueva de que el Señor le ha hecho justicia, librándolo de las manos de sus enemigos". (II Samuel 18, 19)

  • Joab le respondió: "No serás tú hoy el portador de la buena nueva; lo serás otro día; pero hoy no llevarás una buena nueva, porque ha muerto el hijo del rey". (II Samuel 18, 20)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina