Löydetty 37 Tulokset: Violeta

  • En su vuelo inferior pondrás granadas de púrpura violeta, púrpura escarlata y carmesí y, entre ellas, todo alrededor, campanillas de oro. (Exodo 28, 33)

  • La sujetarás con un cordón de púrpura violeta, de modo que caiga sobre la tiara en su parte anterior. (Exodo 28, 37)

  • púrpura violeta, escarlata y carmesí, lino fino y pelo de cabra, (Exodo 35, 6)

  • Todos los que tenían púrpura violeta, escarlata y carmesí, lino, pelo de cabra, pieles de cordero teñidas en rojo y pieles de tejón, las trajeron. (Exodo 35, 23)

  • Toda mujer habilidosa hilaba con sus manos y traía sus hilados de púrpura violeta, escarlata y carmesí y lino fino. (Exodo 35, 25)

  • Los ha llenado de habilidad para ejecutar toda obra de engaste, de ebanistería, recamado y tejido en púrpura violeta, escarlata y carmesí, y lino para proyectar y realizar toda clase de trabajos. (Exodo 35, 35)

  • Los más hábiles entre los participantes en la obra fabricaron el tabernáculo con diez cortinas de lino fino trenzado con púrpura violeta, escarlata y carmesí, artísticamente recamado, con figuras de querubines. (Exodo 36, 8)

  • Pusieron los lazos color violeta en el borde de las dos cortinas que terminaban cada uno de los dos conjuntos. (Exodo 36, 11)

  • Hicieron el velo de lino fino trenzado, artísticamente recamado, de púrpura violeta, escarlata y carmesí, con figuras de querubines. (Exodo 36, 35)

  • Hicieron para la entrada de la tienda una cortina de lino fino trenzado, artísticamente recamada, de púrpura violeta, escarlata y carmesí. (Exodo 36, 37)

  • En la entrada del atrio había una cortina en púrpura violeta, escarlata y carmesí, de lino fino trenzado, artísticamente recamado, de diez metros de larga por dos y medio de alta, igual que las cortinas del atrio. (Exodo 38, 18)

  • juntamente con Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, herrero, diseñador y bordador de púrpura violeta, escarlata y carmesí, y lino. (Exodo 38, 23)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina