Löydetty 7146 Tulokset: Señor

  • El Señor aspiró el perfume agradable, y se dijo: "No maldeciré más la tierra por causa del hombre, porque los impulsos del corazón del hombre tienden al mal desde su adolescencia; jamás volveré a castigar a los seres vivientes como acabo de hacerlo. (Génesis 8, 21)

  • Y añadió: "¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem! ¡Que Canaán sea su esclavo! (Génesis 9, 26)

  • un cazador valiente delante del Señor; de ahí el proverbio: "Cazador valeroso delante del Señor como Nemrod". (Génesis 10, 9)

  • El Señor descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando, y (Génesis 11, 5)

  • Así el Señor los dispersó de allí por toda la tierra y dejaron de construir la ciudad. (Génesis 11, 8)

  • Por eso se la llamó Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por toda su superficie. (Génesis 11, 9)

  • El Señor dijo a Abrán: "Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, y vete al país que yo te indicaré. (Génesis 12, 1)

  • Abrán partió, como le había dicho el Señor, y Lot se fue con él. Abrán tenía setenta y cinco años cuando salió de Jarán. (Génesis 12, 4)

  • El Señor se apareció a Abrán y le dijo: "Yo daré esta tierra a tu descendencia". Y Abrán levantó allí un altar al Señor, que se le había aparecido. (Génesis 12, 7)

  • De allí se trasladó a la montaña situada al oriente de Betel y allí plantó su tienda, con Betel al oeste y Ay al este. Aquí levantó al Señor un altar e invocó su nombre. (Génesis 12, 8)

  • Pero el Señor castigó con grandes plagas al Faraón y a su casa por lo de Saray, la mujer de Abrán. (Génesis 12, 17)

  • donde anteriormente había levantado un altar y había invocado el nombre del Señor. (Génesis 13, 4)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina