Löydetty 38 Tulokset: Mensaje Divino

  • Judas les envió este mensaje de paz: "Permitidnos atravesar vuestro territorio para volver al nuestro; nadie os hará mal, pues no haremos más que pasar a pie". Pero no quisieron abrir. (I Macabeos 5, 48)

  • Alejandro mandó emisarios a Tolomeo, rey de Egipto, con el siguiente mensaje (I Macabeos 10, 51)

  • Demetrio nombró a su general Apolonio gobernador de Celesiria, quien reunió un gran ejército y fue a acampar junto a Yamnia, desde donde mandó al sumo sacerdote Jonatán el siguiente mensaje: (I Macabeos 10, 69)

  • Así, mandó emisarios a Demetrio con este mensaje: "Ven y hagamos un pacto; te daré a mi hija casada con Alejandro, y reinarás en el trono de tu padre. (I Macabeos 11, 9)

  • Jonatán recibió el mensaje y mandó continuar el asedio, se rodeó de los ancianos de Israel y de algunos sacerdotes y resolvió aventurarse al peligro. (I Macabeos 11, 23)

  • Heliodoro respondió: "Si tienes alguna persona contraria y enemiga de tu gobierno, envíala allá, y la harás volver bien castigada, si es que consigue volver. En aquel lugar hay un poder divino. (II Macabeos 3, 38)

  • Y la multitud, reducida por el encanto de la obra, tiene ahora como ser divino al que poco antes tenía como hombre. (Sabiduría 14, 20)

  • Los hijos santos de los justos ofrecían sacrificios en secreto, y de común acuerdo establecieron el pacto divino de que los santos compartiesen igualmente bienes y peligros, cantando antes las alabanzas de los padres. (Sabiduría 18, 9)

  • para recibir una enseñanza o un mensaje? Seguro que os dirán eso. (Isaías 8, 20)

  • Yo fui el primero que lo anuncié en Sión y envié a Jerusalén un mensaje de albricias. (Isaías 41, 27)

  • Pues nos ha remitido a Babilonia este mensaje: La cosa va para largo; edificaos casas y habitadlas, plantad huertos y comed sus frutos". (Jeremías 29, 28)

  • He recibido del Señor un mensaje, un heraldo ha sido enviado a las gentes: "Congregaos, marchad contra este pueblo, ¡en pie para la guerra!". (Jeremías 49, 14)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina