Löydetty 62 Tulokset: Lámparas del Candelabro

  • los lingotes destinados a los candelabros de oro y a sus lámparas, el oro en lingotes destinado a cada candelabro y sus lámparas, los lingotes de plata destinados a los candelabros de plata, para el candelabro y sus lámparas, según el servicio de cada uno; (I Crónicas 28, 15)

  • flores, lámparas y despabiladeras, todo de oro puro; (II Crónicas 4, 21)

  • Ofrecen diariamente holocaustos al Señor, mañana y tarde, queman perfumes aromáticos, ponen los panes de la proposición sobre la mesa limpia y encienden todas las tardes el candelabro de oro con sus lámparas; seguimos cumpliendo las disposiciones del Señor, nuestro Dios, que vosotros habéis abandonado. (II Crónicas 13, 11)

  • Cerraron incluso las puertas del pórtico, apagaron las lámparas y dejaron de ofrecer incienso y holocaustos en el santuario al Dios de Israel. (II Crónicas 29, 7)

  • Anunciaron la llegada, y se dirigió a la entrada de su tienda, precedido de lámparas de plata. (Judit 10, 22)

  • Entró altivamente en el templo y se apoderó del altar de oro, del candelabro con todos sus accesorios, (I Macabeos 1, 21)

  • hicieron nuevos vasos sagrados, llevaron al templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa. (I Macabeos 4, 49)

  • Quemaron incienso sobre el altar y encendieron las lámparas del candelabro, que iluminaron el interior del templo. (I Macabeos 4, 50)

  • Incendiaron la puerta y derramaron sangre inocente. Acudimos al Señor, y fuimos escuchados; ofrecimos sacrificios y flor de harina, encendimos las lámparas y presentamos los panes. (II Macabeos 1, 8)

  • Como lámpara que brilla sobre candelabro santo, así es la belleza de un rostro femenino sobre cuerpo bien formado. (Eclesiástico 26, 17)

  • Les encienden lámparas y en número mayor que para ellos mismos; pero de ellas los dioses no ven ni una sola. (Baruc 6, 18)

  • De pronto aparecieron los dedos de una mano humana, que se pusieron a escribir, delante del candelabro, en la pared del palacio real. El rey, al ver la mano que escribía, (Daniel 5, 5)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina