Löydetty 1764 Tulokset: Israel

  • Escúchalos, Israel, y procura practicarlos, para que seas dichoso y te multipliques según la promesa del Señor, el Dios de tus padres, en esta tierra que mana leche y miel. (Deuteronomio 6, 3)

  • Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor. (Deuteronomio 6, 4)

  • ¡Escucha, Israel! Estás a punto de cruzar el Jordán para ir a la conquista de naciones más numerosas y más fuertes que tú; de grandes ciudades, cuyas murallas se levantan hasta el cielo. (Deuteronomio 9, 1)

  • Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide el Señor, tu Dios? Que respetes al Señor, tu Dios; que sigas sus caminos, que le sirvas y que le ames con todo tu corazón y con toda tu alma; (Deuteronomio 10, 12)

  • lo que hizo con Datán y Abirán, hijos de Eliab el rubenita, cuando se abrió la tierra y se los tragó con sus familias, sus tiendas y toda su dependencia a la vista de todo Israel. (Deuteronomio 11, 6)

  • Al saberlo, todo Israel será presa del temor y dejarán de practicar tal perversidad. (Deuteronomio 13, 12)

  • y esto llega a tu conocimiento, harás una escrupulosa investigación, y si el rumor se confirma y el hecho es verdadero, si se cometió en Israel tal abominación, (Deuteronomio 17, 4)

  • El que actúe con arrogancia y no obedezca ni al sacerdote que está allí para servir al Señor, tu Dios, ni al juez, será condenado a muerte. Así extirparás el mal en Israel. (Deuteronomio 17, 12)

  • para que no se crea superior a sus hermanos y no se desvíe de ella ni a derecha ni a izquierda, y de esta manera prolongue los días de su reinado, él y sus hijos, sobre el trono de Israel. (Deuteronomio 17, 20)

  • Si un levita sale de alguna de tus ciudades, de cualquier punto de Israel, donde vivía, para venir con todo el deseo de su alma al lugar elegido por el Señor, (Deuteronomio 18, 6)

  • No tendrá piedad de él. Alejarás de Israel todo derramamiento de sangre inocente, y serás feliz. (Deuteronomio 19, 13)

  • diciendo: ¡Escucha, Israel! Hoy mismo vais a dar la batalla contra vuestros enemigos. No desfallezca vuestro corazón. No temáis, no tembléis ni os asustéis ante ellos, (Deuteronomio 20, 3)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina