Löydetty 284 Tulokset: Hija

  • ¡Quién convirtiera en fuente mi cabeza y mis ojos en manantial de lágrimas, para llorar día y noche a los muertos de la hija de mi pueblo! (Jeremías 8, 23)

  • Por eso, esto dice el Señor todopoderoso: "Voy a probarlos en el crisol; ¿qué otra cosa puedo hacer con la hija de mi pueblo? (Jeremías 9, 6)

  • Tú les dirás estas palabras: "Mis ojos se derriten en lágrimas noche y día sin descanso, por el gran desastre que quebranta a la virgen, hija de mi pueblo, por su gravísima herida. (Jeremías 14, 17)

  • ¿Hasta cuándo andarás lejos, hija rebelde? Pues el Señor crea una cosa nueva en la tierra: la mujer rodeará al varón. (Jeremías 31, 22)

  • ¡Sube a Galaad a buscar bálsamo, oh virgen, hija de Egipto! En vano multiplicarás los remedios. ¡Nada podrá curarte! (Jeremías 46, 11)

  • ¿Para qué presumes de tus valles, hija desleal? Confiada en tus tesoros, decías: "¿Quién va a venir contra mí?". (Jeremías 49, 4)

  • Veintiún años tenía Sedecías cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Jamital, hija de Jeremías, nativo de Libná. (Jeremías 52, 1)

  • El Señor despreció a todos mis valientes de en medio de mi seno; convocó contra mí una asamblea, para extirpar a mis mejores; ha estrujado el Señor en lagar a la virgen hija de Judá. (Lamentaciones 1, 15)

  • ¡Ay, cómo el Señor en su ira ha cubierto de sombras a la hija de Sión! Ha precipitado del cielo a la tierra la gloria de Israel: ¡No quiere acordarse del estrado de sus pies, en el día de su ira! (Lamentaciones 2, 1)

  • El Señor ha destruido sin piedad todas las moradas de Jacob; ha derribado en su furor las fortalezas de la hija de Judá; ha postrado en tierra, ha profanado a su rey y a sus príncipes. (Lamentaciones 2, 2)

  • El Señor ha actuado como enemigo, ha devastado a Israel; ha destruido todos sus palacios, ha arrasado sus fortalezas, ha multiplicado en la hija de Judá gemidos y gemidos. (Lamentaciones 2, 5)

  • El Señor ha decidido derruir la muralla de la hija de Sión; ha tirado la cuerda, sin recoger la mano, hasta no haberlo destruido todo; ha puesto en luto muro y antemural, que juntos se derrumban. (Lamentaciones 2, 8)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina