Löydetty 625 Tulokset: Hermanos

  • pondrás por rey a uno de tus hermanos elegido por el Señor; no pondrás por rey a un extranjero, uno que no sea tu hermano. (Deuteronomio 17, 15)

  • para que no se crea superior a sus hermanos y no se desvíe de ella ni a derecha ni a izquierda, y de esta manera prolongue los días de su reinado, él y sus hijos, sobre el trono de Israel. (Deuteronomio 17, 20)

  • No tendrán heredad como sus hermanos. El Señor es su heredad, como él lo ha dicho. (Deuteronomio 18, 2)

  • podrá ejercer su ministerio en nombre del Señor, su Dios, como todos sus hermanos levitas que están allí al servicio del Señor, (Deuteronomio 18, 7)

  • El Señor, tu Dios, suscitará de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, al que debéis obedecer. (Deuteronomio 18, 15)

  • Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. (Deuteronomio 18, 18)

  • Los jefes seguirán diciendo a la tropa: ¿Hay alguien que tenga miedo y se acobarde? Que se vuelva a su casa para que no contagie la cobardía a sus hermanos. (Deuteronomio 20, 8)

  • No exijas interés alguno de tus hermanos ni por dinero, ni por víveres, ni por ninguna otra cosa que se suele prestar a interés. (Deuteronomio 23, 20)

  • No explotes al pobre y al indigente, ya sea uno de tus hermanos o uno de los extranjeros que viven en tus ciudades. (Deuteronomio 24, 14)

  • Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin hijos, la viuda no se casará con un extraño. Su cuñado se casará con ella, cumpliendo sus deberes de cuñado; (Deuteronomio 25, 5)

  • Cuando dos hermanos se están pegando, si se acerca la mujer de uno de ellos y, para librar a su marido de las manos del que le golpea, agarra a éste por sus partes, (Deuteronomio 25, 11)

  • El que dijo a su padre y a su madre: No los he visto. El que no reconoció a sus hermanos e ignoró a sus hijos. Sí, han guardado tu palabra, han observado tu alianza. (Deuteronomio 33, 9)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina