Löydetty 235 Tulokset: Comer

  • Porque en el mucho comer anda la enfermedad, y la glotonería provoca los cólicos. (Eclesiástico 37, 30)

  • poder comer los sacrificios del Señor, que le dio a él y a su linaje. (Eclesiástico 45, 21)

  • Mas hubo alegría y alborozo, sacrificio de bueyes y degüello de carneros, comer carne y beber vino: "Comamos y bebamos, que mañana moriremos". (Isaías 22, 13)

  • Pero el general contestó: "¿Es que mi señor me ha enviado a comunicar esto a tu señor y a ti, y no más bien a los hombres que están tras la muralla y que con vosotros están condenados a comer sus excrementos y a beber sus orines?". (Isaías 36, 12)

  • Y esto te servirá de señal: Se comerá este año el grano caído y al año siguiente lo que brote sin sembrar; pero al tercer año podréis sembrar y cosechar, plantar viñas y comer su fruto. (Isaías 37, 30)

  • A tus opresores haré comer su propia carne, de su misma sangre se embriagarán como de vino nuevo. Y todo mortal sabrá que yo, el Señor, soy tu salvador y tu redentor, el fuerte de Jacob. (Isaías 49, 26)

  • Como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sin empapar la tierra, sin fecundarla y hacerla germinar para que dé sementera al sembrador y pan para comer, (Isaías 55, 10)

  • Bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del bosque. (Isaías 56, 9)

  • Por eso, esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: "Yo daré de comer a este pueblo ajenjo y les haré beber agua envenenada. (Jeremías 9, 14)

  • No entres en la casa en que se celebra un convite para sentarte a comer y beber con ellos; (Jeremías 16, 8)

  • Le haré comer la carne de sus hijos y la de sus hijas, y se devorarán mutuamente en la extrema angustia del asedio y en medio de los apuros con que les estrujarán sus enemigos, los que buscan su muerte. (Jeremías 19, 9)

  • Por esto, así dice el Señor omnipotente sobre los profetas: Yo les daré a comer ajenjo, y a beber agua envenenada; porque de los profetas de Jerusalén sale la impiedad para todo el país". (Jeremías 23, 15)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina