Löydetty 501 Tulokset: Bel
ni por tu cabeza, porque ni un cabello puedes volver blanco o negro. (Mateo 5, 36)
Al discípulo le basta ser como su maestro, y al criado como su amo. Si al amo de la casa le han llamado Belcebú, ¡qué no dirán de los de la casa! (Mateo 10, 25)
En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de la cabeza están contados. (Mateo 10, 30)
Pero los fariseos, al oírlo, dijeron: "Éste echa los demonios con el poder de Belcebú, príncipe de los demonios". (Mateo 12, 24)
Si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, ¿con qué poder lo echan vuestros hijos? Por eso ellos mismos serán vuestros jueces. (Mateo 12, 27)
para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente vertida sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien asesinasteis entre el santuario y el altar. (Mateo 23, 35)
Los maestros de la ley, que habían venido de Jerusalén, decían: "¡Tiene a Belcebú!"; y también: "¡Echa a los demonios con el poder del príncipe de los demonios!". (Marcos 3, 22)
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del grupo de Abías, cuya mujer era descendiente de Aarón y se llamaba Isabel. (Lucas 1, 5)
No tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos de avanzada edad. (Lucas 1, 7)
El ángel le dijo: "No tengas miedo, Zacarías, pues tu petición ha sido escuchada, y tu mujer Isabel te dará un hijo, al que pondrás por nombre Juan. (Lucas 1, 13)
Irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y enseñar a los rebeldes la sabiduría de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto". (Lucas 1, 17)
Unos días después, Isabel, su mujer, quedó encinta; estuvo cinco meses sin salir de casa; y se decía: (Lucas 1, 24)