Löydetty 657 Tulokset: Aso

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 80)

  • Éstas fueron las ofrendas de los jefes de Israel para la consagración del altar el día de su unción: doce bandejas de plata, doce jarrones de plata, doce vasos de oro; (Números 7, 84)

  • doce vasos de oro, llenos de perfume, de ciento veinte gramos de peso cada uno según el peso del santuario dan un total de mil cuatrocientos cuarenta gramos de oro. (Números 7, 86)

  • Partió en cabeza la bandera de Judá, por escuadras. Jefe de las escuadras era Nasón, hijo de Aminadab. (Números 10, 14)

  • ¿Acaso lo he concebido yo o lo he dado a luz para que me digas: Llévalo en tu regazo, como lleva la nodriza al niño a quien da de mamar, hasta la tierra que juraste dar a sus padres? (Números 11, 12)

  • Entonces toda la comunidad empezó a gritar, el pueblo se pasó la noche llorando (Números 14, 1)

  • Si un extranjero residente o de paso presenta una ofrenda quemada de olor agradable al Señor, hará lo mismo que vosotros. (Números 15, 14)

  • Pero el que obra deliberadamente, indígena o extranjero, ofende al Señor; en este caso será extirpado del pueblo (Números 15, 30)

  • Moisés, preso de gran indignación, dijo al Señor: "No hagas caso de su ofrenda. Ni un asno he tomado yo de ellos; a ninguno de ellos he perjudicado". (Números 16, 15)

  • Ésta es la ley para el caso de un hombre que muere en una tienda: el que entre en la tienda y los que en ella se encuentren, quedarán impuros durante siete días. (Números 19, 14)

  • En tales casos de impureza tomarán de la ceniza de la novilla quemada en sacrificio por el pecado, echarán sobre ella un vaso de agua corriente; (Números 19, 17)

  • Como Edón les negó el paso, los israelitas se fueron por otro camino. (Números 20, 21)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina