Löydetty 443 Tulokset: vuestro

  • Y en cuanto a la composición de este incienso que vas a hacer, no la imitéis para vuestro uso. Lo tendrás por consagrado a Yahveh. (Exodo 30, 37)

  • Al día siguiente dijo Moisés al pueblo: «Habéis cometido un gran pecado. Yo voy a subir ahora donde Yahveh; acaso pueda obtener la expiación de vuestro pecado.» (Exodo 32, 30)

  • Porque yo soy Yahveh, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo. No os haréis impuros con ninguno de esos bichos que se arrastran por el suelo. (Levítico 11, 44)

  • Pues yo soy Yahveh, el que os he subido de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Sed, pues, santos porque yo soy santo. (Levítico 11, 45)

  • Habla a los israelitas, y diles: Yo soy Yahveh vuestro Dios. (Levítico 18, 2)

  • Cumplid mis normas y guardad mis preceptos, caminando según ellos. Yo soy Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 18, 4)

  • Vosotros, pues, guardad mis preceptos y mis normas, y nos cometáis ninguna de estas abominaciones, ni los de vuestro pueblo ni los forasteros que residen entre vosotros. (Levítico 18, 26)

  • Guardad, pues, mis observancias; no practicaréis ninguna de las costumbres abominables que se practicaban antes de vosotros, ni os hagáis impuros con ellas. Yo, Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 18, 30)

  • Habla a toda la comunidad de los israelitas y diles: Sed santos, porque yo, Yahveh, vuestro Dios, soy santo. (Levítico 19, 2)

  • Respete cada uno de vosotros a su madre y a su padre. Guardad mis sábados. Yo, Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 19, 3)

  • No os volváis hacia los ídolos, ni os hagáis dioses de fundición. Yo, Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 19, 4)

  • Tampoco harás rebusco de tu viña, ni recogerás de tu huerto los frutos caídos; los dejarás para el pobre y el forastero. Yo, Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 19, 10)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina