Löydetty 103 Tulokset: vista

  • prenderán fuego a tus casas y harán justicia de ti, a la vista de una multitud de mujeres; yo pondré fin a tus prostituciones, y no volverás a dar salario de prostituta. (Ezequiel 16, 41)

  • Pero tuve consideración a mi nombre y procedí de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones entre las que ellos se encontraban, y a la vista de las cuales me había manifestado a ellos, sacándolos del país de Egipto. (Ezequiel 20, 9)

  • Pero tuve consideración a mi nombre, y procedí de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los había sacado. (Ezequiel 20, 14)

  • Pero retiré mi mano y tuve consideración a mi nombre, procediendo de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los había sacado. (Ezequiel 20, 22)

  • Faraón los verá y se consolará a la vista de toda esa multitud, víctima de la espada, Faraón y todo su ejército, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 32, 31)

  • Yo santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí por vosotros. Y las naciones sabrán que yo soy Yahveh - oráculo del Señor Yahveh - cuando yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a la vista de ellos. (Ezequiel 36, 23)

  • Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres! (Mateo 16, 23)

  • Movido a compasión Jesús tocó sus ojos, y al instante recobraron la vista; y le siguieron. (Mateo 20, 34)

  • Y al derramar ella este ungüento sobre mi cuerpo, en vista de mi sepultura lo ha hecho. (Mateo 26, 12)

  • Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida.» (Marcos 2, 12)

  • El, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan.» (Marcos 8, 24)

  • Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.» (Marcos 8, 33)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina