Löydetty 201 Tulokset: utensilios de bronce

  • El fue quien quitó los altos, derribó las estelas, cortó los cipos y rompió la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque los israelitas le habían quemado incienso hasta aquellos días; se la llamaba Nejustán. (II Reyes 18, 4)

  • Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la Casa de Yahveh, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Yahveh, y se llevaron el bronce a Babilonia. (II Reyes 25, 13)

  • Tomaron también los ceniceros, las paletas, los cuchillos, las cucharas y todos los utensilios de bronce de que se servían. (II Reyes 25, 14)

  • Cuanto a las dos columnas, el Mar y las basas que Salomón había hecho para la Casa de Yahveh, no se pudo calcular el peso del bronce de todos aquellos objetos. (II Reyes 25, 16)

  • La altura de una columna era dieciocho codos, y encima tenía un capitel de bronce; la altura del capitel era cinco codos; había un trenzado y granadas en torno al capitel, todo de bronce. Lo mismo para la segunda columna. (II Reyes 25, 17)

  • Unos tenían el cuidado de los utensilios del culto, y los contaban al meterlos y al sacarlos. (I Crónicas 9, 28)

  • Otros estaban encargados de los utensilios y de todos los instrumentos del Santuario, de la flor de harina, el vino, el aceite, el incienso y los aromas. (I Crónicas 9, 29)

  • Los cantores Hemán, Asaf y Etán hacían resonar címbalos de bronce. (I Crónicas 15, 19)

  • De Tibjat y Kun, ciudades de Hadadézer, tomó David una gran cantidad de bronce, con el cual hizo Salomón el Mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce. (I Crónicas 18, 8)

  • envió a Hadoram, su hijo, donde el rey David para saludarle y para felicitarle por haber atacado y vencido a Hadadézer, ya que Tou estaba en guerra con Hadadézer. Traía Hadoram toda clase de objetos de oro, de plata y de bronce. (I Crónicas 18, 10)

  • Preparó también David hierro en abundancia para la clavazón de las hojas de las puertas y para las grapas, incalculable cantidad de bronce, (I Crónicas 22, 3)

  • El oro, la plata, el bronce y el el hierro son sin número. ¡Levántate, pues! Manos a la obra y que Yahveh sea contigo.» (I Crónicas 22, 16)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina