Löydetty 139 Tulokset: sombra de tus alas
Porque así ha dicho Yahveh: (Ved cómo cual un águila se remonta y extiende sus alas sobre Moab.) (Jeremías 48, 40)
A la sombra de Jesbón se pararon sin fuerza los fugitivos, cuando fuego salió de Jesbón y llama de la casa de Sijón, y devoró las sienes de Moab y el cráneo de los hijos del ruido. (Jeremías 48, 45)
Ved cómo cual un águila sube, se remonta y extiende sus alas sobre Bosrá; y vendrá a ser el corazón de los valientes de Edom en aquel día como corazón de mujer en parto. (Jeremías 49, 22)
Res. Nuestro aliento vital, el ungido de Yahveh, quedó preso en sus fosas; aquel de quien decíamos: «¡A su sombra viviremos entre las naciones!» (Lamentaciones 4, 20)
El Señor nos dará fuerzas e iluminará nuestros ojos para vivir a la sombra de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y a la sombra de su hijo Baltasar; les serviremos largos días y hallaremos gracia a sus ojos. (Baruc 1, 12)
Y hasta las selvas y todo árbol aromático darán sombra a Israel por orden de Dios. (Baruc 5, 8)
Tenían cada uno cuatro caras, y cuatro alas cada uno. (Ezequiel 1, 6)
Bajo sus alas había unas manos humanas vueltas hacia las cuatro direcciones, lo mismo que sus caras y sus alas, las de los cuatro. (Ezequiel 1, 8)
Sus alas estaban unidas una con otra; al andar no se volvían; cada uno marchaba de frente. (Ezequiel 1, 9)
Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto; cada uno tenía dos alas que se tocaban entre sí y otras dos que le cubrían el cuerpo; (Ezequiel 1, 11)
y bajo la bóveda sus alas estaban rectas, una paralela a la otra; cada uno tenía dos que le cubrían el cuerpo. (Ezequiel 1, 23)
Y oí el ruido de sus alas, como un ruido de muchas aguas, como la voz de Sadday; cuando marchaban, era un ruido atronador, como ruido de batalla; cuando se paraban, replegaban sus alas. (Ezequiel 1, 24)