Löydetty 1425 Tulokset: sol

  • Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo. (I Corintios 12, 12)

  • Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. (I Corintios 12, 13)

  • Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. (I Corintios 12, 14)

  • Si todo fuera un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo? (I Corintios 12, 19)

  • Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres para su edificación, exhortación y consolación. (I Corintios 14, 3)

  • ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios? O ¿solamente a vosotros ha llegado? (I Corintios 14, 36)

  • Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los hombres! (I Corintios 15, 19)

  • Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de otra en resplandor. (I Corintios 15, 41)

  • Pues no quiero ahora veros sólo de paso: espero estar algún tiempo entre vosotros, si así lo permite el Señor. (I Corintios 16, 7)

  • ¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de los misericordias y Dios de toda consolación, (II Corintios 1, 3)

  • que nos consuela en toda tribulación nuestra para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios! (II Corintios 1, 4)

  • Pues, así como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda también por Cristo nuestra consolación. (II Corintios 1, 5)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina