Löydetty 32 Tulokset: siega

  • descendió hacia la llanura de Damasco, al tiempo de la siega del trigo, incendió todos sus cultivos, exterminó sus rebaños de ovejas y bueyes, saqueó sus ciudades, devastó sus campos y pasó a cuchillo a todos sus jóvenes. (Judit 2, 27)

  • Como frescor de nieve el día de la siega el mensajero leal, para el que lo envía: conforta el ánimo de su señor. (Proverbios 25, 13)

  • Como nieve en verano y lluvia en la siega, así de mal le sienta la gloria al insensato. (Proverbios 26, 1)

  • El que vigila el viento no siembra, el que mira a las nubes no siega. (Eclesiastés 11, 4)

  • vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín. (Isaías 9, 2)

  • Será como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas siega; será como espigador en el valle de Refaím, (Isaías 17, 5)

  • que así me ha dicho Yahveh: Estaré quedo y observaré desde mi puesto, como calor ardiente al brillar la luz, como nube de rocío en el calor de la siega. (Isaías 18, 4)

  • Pues antes de la siega, al acabar la floración, cuando su fruto en cierne comience a madurar, cortará los sarmientos con la podadera y los pámpanos viciosos arrancará y podará. (Isaías 18, 5)

  • por las aguas inmensas. La siembra del canal, la siega del Nilo, era su riqueza, y ella era el mercado de las naciones. (Isaías 23, 3)

  • Y no se les ocurrió decir: «Ea, temamos a Yahveh nuestro Dios, que da la lluvia tempranera y la tardía a su tiempo; que nos grarantiza las semanas que regulan la siega.» (Jeremías 5, 24)

  • La siega pasó, el verano acabó, mas nosotros no estamos a salvo.» (Jeremías 8, 20)

  • Suprimid de Babilonia al sembrador y al que maneja la hoz al tiempo de la siega. Ante la espada irresistible, cada uno enfilará hacia su pueblo, cada uno huirá a su tierra. (Jeremías 50, 16)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina