Löydetty 566 Tulokset: otro

  • Fundió cuatro anillas de oro para sus cuatro pies, dos anillas a un costado y dos anillas al otro. (Exodo 37, 3)

  • el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro; hizo los querubines formando un cuerpo con el propiciatorio en sus dos extremos. (Exodo 37, 8)

  • Estaban los querubines con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio. (Exodo 37, 9)

  • De sus lados salían seis brazos: tres brazos de un lado, y tres brazos de otro. (Exodo 37, 18)

  • y por el otro lado - a ambos lados de la entrada del atrio - había un cortinaje de quince codos; sus postes eran tres, y tres sus basas. (Exodo 38, 15)

  • El pectoral era cuadrado y lo hicieron doble; tenía un palmo de largo y otro de ancho; era doble. (Exodo 39, 9)

  • Cuando sus recursos no alcancen para una res menor, presentará a Yahveh, como sacrificio de reparación por su pecado, dos tórtolas o dos pichones, uno como sacrificio por el pecado y otro en holocausto. (Levítico 5, 7)

  • Cualquier otro bicho alado de cuatro patas será para vosotros abominable. (Levítico 11, 23)

  • Mas si a ella no le alcanza para presentar una res menor, tome dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; y el sacerdote hará expiación por ella y quedará pura. (Levítico 12, 8)

  • y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto. (Levítico 14, 22)

  • es decir, lo que alcanzan sus recursos, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto, además de la oblación. De este modo el sacerdote hará expiación ante Yahveh por aquel que se purifica. (Levítico 14, 31)

  • El sacerdote los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado, el otro como holocausto, y de esta manera el sacerdote hará expiación por él ante Yahveh, a causa de su flujo. (Levítico 15, 15)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina