Löydetty 1009 Tulokset: ojo
para que les abras los ojos; para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios; y para que reciban el perdón de los pecados y una parte en la herencia entre los santificados, mediante la fe en mí." (Hechos 26, 18)
y los demás saliesen unos sobre tablones, otros sobre los despojos de la nave. De esta forma todos llegamos a tierra sanos y salvos. (Hechos 27, 44)
Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, y con sus oídos oigan, y con su corazón entiendan y se conviertan, y yo los cure. (Hechos 28, 27)
no hay temor de Dios ante sus ojos. (Romanos 3, 18)
Dios no ha rechazado a su pueblo, en quien de antemano puso sus ojos. ¿O es que ignoráis lo que dice la Escritura acerca de Elías, cómo se queja ante Dios contra Israel? (Romanos 11, 2)
como dice la Escritura: Dioles Dios un esp1ritu de embotamiento: ojos para no ver y oídos para no oír, hasta el día de hoy. (Romanos 11, 8)
oscurézcanse sus ojos para no ver; agobia sus espaldas sin cesar. (Romanos 11, 10)
Más bien, como dice la Escritura, anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman. (I Corintios 2, 9)
pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios. En efecto, dice la Escritura: El que prende a los sabios en su propia astucia. (I Corintios 3, 19)
Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? (I Corintios 12, 16)
Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿donde el olfato? (I Corintios 12, 17)
Y no puede el ojo decir a la mano: «¡No te necesito!» Ni la cabeza a los pies: «¡No os necesito!» (I Corintios 12, 21)