Löydetty 613 Tulokset: no tendrás otros dioses
Yahveh dijo a Moisés: «He aquí que vas a acostarte con tus padres, y este pueblo se levantará para prostituirse yendo en pos de dioses extraños, los de la tierra en la que va a entrar. Me abandonará y romperá mi alianza, que yo he concluido con él. (Deuteronomio 31, 16)
Pero yo ocultaré mi rostro aquel día, a causa de todo el mal que habrá hecho, yéndose en pos de otros dioses. (Deuteronomio 31, 18)
cuando yo les lleve a la tierra que bajo juramento prometí a sus padres, tierra que mana leche y miel, y ellos, después de comer hasta hartarse y engordar bien, se vuelvan hacia otros dioses, les den culto, y a mí me desprecien y rompan mi alianza. (Deuteronomio 31, 20)
Le encelan con dioses extraños, le irritan con abominaciones. (Deuteronomio 32, 16)
Sacrifican a demonios, no a Dios, a dioses que ignoraban, a nuevos, recién llegados, que no veneraron vuestros padres. (Deuteronomio 32, 17)
Dirá entonces: ¿Dónde están sus dioses, roca en que buscaban su refugio, (Deuteronomio 32, 37)
No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas. (Josué 1, 8)
Los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los hombres de Ay se encontraron en medio de los israelitas, unos por un lado y otros por otro. Estos los derrotaron hasta que no quedó superviviente ni fugitivo. (Josué 8, 22)
y a los otros hijos de Manasés, según sus clanes: a los hijos de Abiezer, a los hijos de Jeleq, a los hijos de Asriel, a los hijos de Sekem, a los hijos de Jéfer, a los hijos de Semidá, estos eran los hijos varones de Manasés, hijo de José, por clanes. (Josué 17, 2)
pues las hijas de Manasés obtuvieron una heredad entre sus hijos. El país de Galaad pertenecía a los otros hijos de Manasés. (Josué 17, 6)
Josué dijo a la casa de José, a Efraím y a Manasés: «Eres un pueblo grande y tienes mucha fuerza; no tendrás sólo una parte, (Josué 17, 17)
sino que tendrás también la montaña; está cubierta de bosques pero tú la talarás y serás tuya la región resultante; y expulsarás al cananeo, aunque tiene carros de hierro y es muy fuerte.» (Josué 17, 18)