Löydetty 22 Tulokset: naves

  • Allende el Jordán, Galaad se queda, y Dan, ¿por qué vive en naves extranjeras? Aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora. (Jueces 5, 17)

  • Jiram envió a las naves a sus servidores, marineros, conocedores del mar, con los servidores de Salomón. (I Reyes 9, 27)

  • Porque el rey tenía naves que navegaban a Tarsis con los siervos de Juram, y cada tres años venía la flota de Tarsis trayendo oro y plata, marfil, monos y pavos reales. (II Crónicas 9, 21)

  • Se asoció con él para construir naves que fueran a Tarsis; y fabricaron las naves en Esyón Guéber. (II Crónicas 20, 36)

  • Entonces Eliezer, hijo de Dodaías, de Maresá, profetizó contra Josafat diciendo: «Por haberte aliado con Ocozías, Yahveh ha abierto brecha en tus obras.» En efecto, las naves se destrozaron y no pudieron ir a Tarsis. (II Crónicas 20, 37)

  • Los que a la mar se hicieron en sus naves, llevando su negocio por las muchas aguas, (Salmos 107, 23)

  • No darán a los enemigos ni les suministrarán trigo, armas, dinero ni naves. Así lo ha decidido Roma. Guardarán sus compromisos sin recibir compensación alguna. (I Macabeos 8, 26)

  • No darán a los combatientes trigo, armas, dinero ni naves. Así lo ha decidido Roma. Guardarán sus compromisos sin dolo. (I Macabeos 8, 28)

  • El rey de Egipto reunió fuerzas numerosas como las arenas que hay a orillas del mar y muchas naves. Intentaba hacerse por astucia con el reino de Alejandro y unirlo al suyo. (I Macabeos 11, 1)

  • Levantó alrededor de ellas grandes columnas y sobre las columnas hizo panoplias para recuerdo eterno. Al lado de las panoplias esculpió unas naves que pudieran ser contempladas por todos los que navegaran por el mar. (I Macabeos 13, 29)

  • Bloqueó la ciudad, y de la parte del mar se acercaron las naves, de modo que estrechó a la ciudad por tierra y por mar sin dejar que nadie entrase o saliese. (I Macabeos 15, 14)

  • contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos cargados de tesoros. (Isaías 2, 16)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina