Löydetty 875 Tulokset: muerte al pecado

  • Pero el que come dudando, se condena, porque no obra conforme a la fe; pues todo lo que no procede de la buena fe es pecado. (Romanos 14, 23)

  • ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; (I Corintios 3, 22)

  • Porque pienso que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres. (I Corintios 4, 9)

  • ¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo. (I Corintios 6, 18)

  • Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. (I Corintios 11, 26)

  • Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. (I Corintios 15, 21)

  • El último enemigo en ser destruido será la Muerte. (I Corintios 15, 26)

  • Cada día estoy a la muerte ¡sí hermanos! gloria mía en Cristo Jesús Señor nuestro, que cada día estoy en peligro de muerte. (I Corintios 15, 31)

  • Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. (I Corintios 15, 54)

  • ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? (I Corintios 15, 55)

  • El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. (I Corintios 15, 56)

  • Pues hemos tenido sobre nosotros mismos la sentencia de muerte, para que no pongamos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. (II Corintios 1, 9)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina