Löydetty 1248 Tulokset: fin del reino de Judá

  • por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Yefunné; (Números 13, 6)

  • Hijos de Judá: Er y Onán. Er y Onán murieron en la tierra de Canaán. (Números 26, 19)

  • Los hijos de Judá, por clanes, eran: de Selá, el clan selanita; de Peres, el clan peresita; de Zéraj, el clan zerajita. (Números 26, 20)

  • Esos eran los clanes de Judá. Según el censo fueron contados: 76.500. (Números 26, 22)

  • Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén y a la media tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sijón, rey de los amorreos, y el reino de Og, rey de Basán; el país con las ciudades comprendidas en sus fronteras y las ciudades colindantes. (Números 32, 33)

  • Estos son sus nombres: por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Yefunné; (Números 34, 19)

  • Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades; no hubo ciudad que no les tomáramos: sesenta ciudades, toda la confederación de Argob, reino de Og en Basán, (Deuteronomio 3, 4)

  • todas las ciudades de la Altiplanicie, todo Galaad y todo Basán hasta Salká y Edreí, ciudades del reino de Og en Basán. (Deuteronomio 3, 10)

  • A la media tribu de Manasés le di el resto de Galaad y todo Basán, reino de Og: toda la confederación de Argob. (A todo este Basán es a lo que se llama el país de los refaítas.) (Deuteronomio 3, 13)

  • Así su corazón no se engreirá sobre sus hermanos y no se apartará de estos mandamientos ni a derecha ni a izquierda. Y así prolongará los días de su reino, él y sus hijos, en medio de Israel. (Deuteronomio 17, 20)

  • Estos son los que se situarán en el monte Garizim para dar la bendición al pueblo, cuando hayáis pasado el Jordán: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín; (Deuteronomio 27, 12)

  • Para Judá dijo esto: Escucha, Yahveh, la voz de Judá y guíale hacia su pueblo. Sus manos le defenderán y tú serás su auxilio contra sus enemigos. (Deuteronomio 33, 7)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina