Löydetty 42 Tulokset: espíritus
Ellos cayeron rostro en tierra y clamaron: «Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne: un solo hombre ha pecado, ¿y te enojas con toda la comunidad?» (Números 16, 22)
«Que Yahveh, Dios de los espíritus de toda carne, ponga un hombre al frente de esta comunidad, (Números 27, 16)
Qof. Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva a los espíritus hundidos. (Salmos 34, 19)
Estaba ya allí mismo con su guardia junto al Tesoro, cuando el Soberano de los Espíritus y de toda Potestad, se manifestó en su grandeza, de modo que todos los que con él juntos se habían atrevido a acercarse, pasmados ante el poder de Dios, se volvieron débiles y cobardes. (II Macabeos 3, 24)
Al hombre le parecen puros todos sus caminos, pero Yahveh pondera los espíritus. (Proverbios 16, 2)
la naturaleza de los animales y los instintos de las fieras, el poder de los espíritus y los pensamientos de los hombres, las variedades de las plantas y las virtudes de las raíces. (Sabiduría 7, 20)
incoercible, bienhechor, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, todo lo observa, penetra todos los espíritus, los inteligentes, los puros, los más sutiles. (Sabiduría 7, 23)
Y si acaso te dicen: «¿Por qué esos gemidos?», dirás: «Por causa de una noticia a cuya llegada todos los corazones desfallecerán, desmayarán todos los brazos, todos los espíritus se amilanarán, y todas las rodillas se irán en agua. Ved que ya llega; es cosa hecha, oráculo del Señor Yahveh.» (Ezequiel 21, 12)
Espíritus y almas de los justos, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente. (Daniel 3, 86)
Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, (Mateo 8, 16)
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. (Mateo 10, 1)
Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio. Así le sucederá también a esta generación malvada.» (Mateo 12, 45)