Löydetty 1126 Tulokset: ejército de judá

  • «Incitará su fuerza y su corazón contra el rey del Mediodía con un gran ejército. El rey del Mediodía saldrá a la guerra con un ejército muy grande y muy poderoso, pero no podrá resistir, pues se tramarán contra él maquinaciones. (Daniel 11, 25)

  • Y los mismos que compartían sus manjares le destruirán; su ejército quedará hundido y caerán muchos muertos. (Daniel 11, 26)

  • Retirado éste, mandó traer al otro y le dijo: «¡Raza de Canaán, que no de Judá; la hermosura te ha descarriado y el deseo ha pervertido tu corazón! (Daniel 13, 56)

  • Así tratabais a las hijas de Israel, y ellas, por miedo, se entregaban a vosotros. Pero una hija de Judá no ha podido soportar vuestra iniquidad. (Daniel 13, 57)

  • Palabra de Yahveh que fue dirigida a Oseas, hijo de Beerí, en tiempo de Ozías, Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, y en tiempo de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel. (Oseas 1, 1)

  • (Pero de la casa de Judá me compadeceré y los salvaré por Yahveh su Dios. No los salvaré con arco ni espada ni guerra, ni con caballos ni jinetes.)» (Oseas 1, 7)

  • Se juntarán los hijos de Judá y los hijos de Israel en uno, se pondrán un solo jefe, y desbordarán de la tierra, porque será grande el día de Yizreel. (Oseas 2, 2)

  • Si tú, Israel, te prostituyes, que no se haga culpable Judá. ¡No vayáis a Guilgal, No subáis a Bet Aven, no juréis «por vida de Yahveh»! (Oseas 4, 15)

  • El orgullo de Israel testifica contra él; Israel y Efraím tropiezan por sus culpas, y también Judá tropieza con ellos. (Oseas 5, 5)

  • Los príncipes de Judá son como los que desplazan los linderos, sobre ellos voy a derramar como agua mi furor. (Oseas 5, 10)

  • Pues yo he de ser como polilla para Efraím, como carcoma para la casa de Judá. (Oseas 5, 12)

  • Efraím ha visto su dolencia y Judá su llaga. Efraím entonces ha sido a Asiria, y Judá ha mandado mensaje al gran rey; pero éste no podrá sanaros ni curar vuestra llaga. (Oseas 5, 13)


“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina