Löydetty 69 Tulokset: dirá

  • A quien se apega a la ceniza, su corazón engañado le extravía. No salvará su vida. Nunca dirá: «¿Acaso lo que tengo en la mano es engañoso?» (Isaías 44, 20)

  • Entonces se dirá: Reparad, reparad, abrid camino, quitad los obstáculos del camino de mi pueblo. (Isaías 57, 14)

  • Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad, (Isaías 58, 9)

  • No se dirá de ti jamás «Abandonada», ni de tu tierra se dirá jamás «Desolada», sino que a ti se te llamará «Mi Complacencia», y a tu tierra, «Desposada». Porque Yahveh se complacerá en ti, y tu tierra será desposada. (Isaías 62, 4)

  • En aquella sazón se dirá a este pueblo y a Jerusalén: - Un viento ardiente viene por el desierto, camino de la hija de mi pueblo, no para beldar, ni para limpiar. (Jeremías 4, 11)

  • En efecto, mirad que vienen días - oráculo de Yahveh - en que no se dirá más: «¡Por vida de Yahveh, que subió a los hijos de Israel de Egipto!», (Jeremías 16, 14)

  • Por tanto, mirad que vienen días - oráculo de Yahveh - en que no se dirá más: «¡Por vida de Yahveh, que subió a los hijos de Israel de Egipto!», (Jeremías 23, 7)

  • «Mi atropello y mis sufrimientos sobre Babilonia», dirá la población de Sión; y «mi sangre sobre los habitantes de Caldea», dirá Jerusalén. (Jeremías 51, 35)

  • y ved ahí el muro derrumbado! ¿No se os dirá entonces: «¿Dónde está la argamasa con que lo recubristeis?» (Ezequiel 13, 12)

  • Y se dirá: «Esta tierra, hasta ahora devastada, se ha hecho como jardín de Edén, y las ciudades en ruinas, devastadas y demolidas, están de nuevo fortificadas y habitadas.» (Ezequiel 36, 35)

  • El número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se mide ni se cuenta. Y en el lugar mismo donde se les decía «Nomipueblo», se les dirá: «Hijosde-Diosvivo.» (Oseas 2, 1)

  • perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, los buscará y no los hallará. Entonces dirá: «Voy a volver a mi primer marido, que entonces me iba mejor que ahora.» (Oseas 2, 9)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina