Löydetty 348 Tulokset: dijeron

  • Se presentaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, a los principales y a toda la comunidad, a la entrada de la Tienda del Encuentro, y dijeron: (Números 27, 2)

  • y dijeron a Moisés: «Tus siervos han sacado la cuenta de los combatientes que tenían a sus órdenes, y no falta ni uno. (Números 31, 49)

  • y los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron y dijeron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los principales de la comunidad: (Números 32, 2)

  • Entonces se acercaron a Moisés y le dijeron: «Podemos construir aquí rediles para nuestras ovejas y ciudades para nuestros niños. (Números 32, 16)

  • Dijeron los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés: «Tus siervos harán como mi Señor manda. (Números 32, 25)

  • Los jefes de familia del clan de los hijos de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, uno de los clanes de los hijos de José, se presentaron y dijeron delante de Moisés y de los principales jefes de las casas paternas de los israelitas: (Números 36, 1)

  • Dijeron a Josué: «Cierto que Yahveh ha puesto en nuestras manos todo el país; todos los habitantes del país tiemblan ya ante nosotros.» (Josué 2, 24)

  • Volvieron donde Josué y le dijeron: «Que no suba toda la gente; para atacar a Ay basta con que suban dos o 3.000 hombres. No molestes a toda la gente haciéndoles subir hasta allí, porque ellos son pocos.» (Josué 7, 3)

  • Fueron donde Josué, al campamento de Guilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: «Venimos de un país lejano: haced, pues, alianza con nosotros. (Josué 9, 6)

  • Les dijeron también los principales: «Que vivan, pero que sean leñadores y aguadores de toda la comunidad.» Así les dijeron los principales. (Josué 9, 21)

  • Estas se presentaron ante el sacerdote Eleazar, ante Josué, hijo de Nun, y ante los principales, y dijeron: «Yahveh ordenó a Moisés que nos diera una heredad entre nuestros hermanos.» Les dio, pues, según la orden de Yahveh, una heredad entre los hermanos de su padre. (Josué 17, 4)

  • Los hijos de José se dirigieron a Josué y le dijeron: «¿Por qué no me has asignado en heredad más que una suerte, una sola porción, siendo tan numeroso como soy porque Yahveh me ha bendecido?» (Josué 17, 14)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina