Löydetty 214 Tulokset: destrucción del templo

  • Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; (Juan 2, 15)

  • Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor.» (Juan 5, 14)

  • Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. (Juan 7, 14)

  • Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. (Juan 7, 28)

  • Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. (Juan 8, 2)

  • Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora. (Juan 8, 20)

  • Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo. (Juan 8, 59)

  • Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. (Juan 10, 23)

  • Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?» (Juan 11, 56)

  • Jesús le respondió: «He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he hablado nada a ocultas. (Juan 18, 20)

  • Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. (Hechos 2, 46)

  • Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la hora nona. (Hechos 3, 1)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina