Löydetty 47 Tulokset: dejaron
dejaron a Yahveh y sirvieron a Baal y a las Astartés. (Jueces 2, 13)
y les dijo: «Seguidme, porque Yahveh ha entregado a Moab, vuestro enemigo, en vuestras manos.» Bajaron tras él, cortaron a Moab los vados del Jordán y no dejaron pasar a nadie. (Jueces 3, 28)
Pero aquellos hombres no quisieron escucharle. Entonces el hombre tomó a su concubina y se la sacó fuera. Ellos la conocieron, la maltrataron toda la noche hasta la mañana y la dejaron al amanecer. (Jueces 19, 25)
Pero los benjaminitas salieron de Guibeá y dejaron muertos en tierra aquel día a 22.000 hombres de Israel. (Jueces 20, 21)
Los benjaminitas salieron a su encuentro y se dejaron atraer lejos de la ciudad. Comenzaron como las otras veces a matar gente del pueblo por los caminos que suben, uno a Betel y otro a Guibeá, a campo raso: unos treinta hombres de Israel. (Jueces 20, 31)
Cuando se dejaron ver de la avanzadilla de los filisteos, éstos dijeron: «Mirad los hebreos que salen de los escondrijos donde se habían metido.» (I Samuel 14, 11)
Se lo dio, comieron y dejaron de sobra, según la palabra de Yahveh. (II Reyes 4, 44)
Entonces los asirios se deslizaron al pie del monte, ataron a Ajior, lo dejaron tendido en la falda y se volvieron donde su señor. (Judit 6, 13)
Aquellos tres hombres dejaron de replicar a Job, porque se tenía por justo. (Job 32, 1)
El ejército de Timoteo, al reconocer que era Macabeo, huyeron ante él, sufrieron una fuerte derrota y dejaron tendidos unos 8.000 hombres aquel día. (I Macabeos 5, 34)
Víctimas, pues, del hambre, dejaron unos pocos hombres en el Lugar Santo y los demás se dispersaron cada uno a su casa. (I Macabeos 6, 54)
Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que dejaron de aparecer profetas. (I Macabeos 9, 27)