Löydetty 74 Tulokset: caldeos

  • Emigrad de Babilonia, y del país de los caldeos salid. Sed como los machos cabríos al frente del rebaño. (Jeremías 50, 8)

  • Abrió Yahveh su arsenal y sacó las armas de su ira. Era la tarea del Señor Yahveh Sebaot en tierra de caldeos. (Jeremías 50, 25)

  • ¡Espada a los caldeos - oráculo de Yahveh - y a los habitantes de Babilonia, a sus jefes y a sus sabios! (Jeremías 50, 35)

  • Así pues, oíd la decisión que Yahveh ha tomado sobre Babilonia y sus planes sobre el país de los caldeos. Juro que les han de llevar a rastras las crías de los rebaños, que asolarán sobre ellos sus pastizales. (Jeremías 50, 45)

  • se abrió una brecha en la ciudad y al verlo el rey y todos los guerreros, huyeron de la ciudad saliendo de noche, por el camino de la puerta que está entre los dos muros que dan al jardín del rey, mientras los caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino de la Arabá. (Jeremías 52, 7)

  • Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la Casa de Yahveh, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Yahveh, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. (Jeremías 52, 17)

  • el año quinto, el día siete del mes, en el tiempo en que los caldeos habían tomado e incendiado Jerusalén. (Baruc 1, 2)

  • Más aún, los mismos caldeos los desacreditan cuando, al ver a un mudo que no puede hablar, lo llevan donde Bel, pidiéndole que le devuelva el habla, como si este dios pudiera percibir. (Baruc 6, 40)

  • la palabra de Yahveh fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Kebar, y allí fue sobre él la mano de Yahveh. (Ezequiel 1, 3)

  • Mas yo tenderé mi lazo sobre él y quedará preso en mi red; le conduciré a Babilonia, al país de los caldeos; pero no lo verá, y morirá allí. (Ezequiel 12, 13)

  • pero ésta superó sus prostituciones: vio hombres pintados en la pared, figuras de caldeos pintadas con bermellón, (Ezequiel 23, 14)

  • con cinto en las caderas y amplios turbantes en sus cabezas, con aspecto de escuderos todos ellos, que representaban a los babilonios, caldeos de origen, (Ezequiel 23, 15)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina