Löydetty 156 Tulokset: Salir
Y cuando el pueblo de la tierra venga ante Yahveh en las solemnidades, los que entren por el pórtico septentrional para postrarse, saldrán por el pórtico meridional, y los que entren por el pórtico meridional saldrán por el pórtico septentrional. Nadie volverá a salir por el pórtico por donde entró, sino que saldrá por el de enfrente. (Ezequiel 46, 9)
Luego me hizo salir por el pórtico septentrional y dar la vuelta por el exterior, hasta el pórtico exterior que miraba hacia oriente, y he aquí que el agua fluía del lado derecho. (Ezequiel 47, 2)
y los sacerdotes de Bel le dijeron: «Mira, nosotros vamos a salir de aquí; tú, oh rey, manda poner la comida y el vino mezclado; luego cierra la puerta y séllada con tu anillo; si mañana por la mañana, cuando vuelvas, no encuentras que Bel se lo ha comido todo, moriremos nosotros; en caso contrario, morirá Daniel que nos ha calumniado.» (Daniel 14, 11)
Y al salir el sol, mandó Dios un sofocante viento solano. El sol hirió la cabeza de Jonás, y éste se desvaneció; se deseó la muerte y dijo: «¡Mejor me es la muerte que la vida!» (Jonás 4, 8)
¿Retuércete y grita, hija de Sión, como mujer en parto, porque ahora vas a salir de la ciudad, y en el campo morarás. Llegarás hasta Babel, y allí serás liberada, y allí te rescatará Yahveh de la mano de tus enemigos. (Miqueas 4, 10)
Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño. (Miqueas 5, 1)
Yo la he hecho salir - oráculo de Yahveh Sebaot - para que entre en casa del ladrón y en casa del que jura por mi nombre en falso, para que se aloje en medio de su casa y la consuma, con su maderamen y sus piedras.» (Zacarías 5, 4)
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. (Mateo 5, 45)
Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes." (Mateo 18, 28)
Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. (Mateo 20, 5)
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz. (Mateo 27, 32)
Al salir del Templo, le dice uno de sus discípulos: «Maestro, mira qué piedras y qué construcciones.» (Marcos 13, 1)