Löydetty 85 Tulokset: Sabios

  • ¿Es que el día aquel - oráculo de Yahveh - no suprimiré yo de Edom los sabios, y la inteligencia de la montaña de Esaú? (Abdías 1, 8)

  • En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. (Mateo 11, 25)

  • Por eso, he aquí que yo envío a vosotros profetas, sabios y escribas: a unos los mataréis y los crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad, (Mateo 23, 34)

  • En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. (Lucas 10, 21)

  • Me debo a los griegos y a los barbaros; a los sabios y a los ignorantes: (Romanos 1, 14)

  • jactándose de sabios se volvieron estúpidos, (Romanos 1, 22)

  • Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios: el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, (Romanos 11, 25)

  • Porque dice la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios, e inutilizaré la inteligencia de los inteligentes. (I Corintios 1, 19)

  • ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. (I Corintios 1, 26)

  • Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte. (I Corintios 1, 27)

  • pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios. En efecto, dice la Escritura: El que prende a los sabios en su propia astucia. (I Corintios 3, 19)

  • Y también: El Señor conoce cuán vanos son los pensamientos de los sabios. (I Corintios 3, 20)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina