Löydetty 1041 Tulokset: Promesa de David

  • Por el contrario, ante la promesa divina, no cedió a la duda con incredulidad; más bien, fortalecido en su fe, dio gloria a Dios, (Romanos 4, 20)

  • es decir: no son hijos de Dios los hijos según la carne, sino que los hijos de la promesa se cuentan como descendencia. (Romanos 9, 8)

  • Porque éstas son las palabras de la promesa: «Por este tiempo volveré; y Sara tendrá un hijo.» (Romanos 9, 9)

  • David también dice: Conviértase su mesa en trampa y lazo, en piedra de tropiezo y justo pago, (Romanos 11, 9)

  • a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa. (Gálatas 3, 14)

  • Y digo yo: Un testamento ya hecho por Dios en debida forma, no puede ser anulado por la ley, que llega 430 años más tarde, de tal modo que la promesa quede anulada. (Gálatas 3, 17)

  • Pues si la herencia dependiera de la ley, ya no procedería de la promesa, y sin embargo, Dios otorgó a Abraham su favor en forma de promesa. (Gálatas 3, 18)

  • Entonces, ¿para qué la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, ley que fue promulgada por los ángeles y con la intervención de un mediador. (Gálatas 3, 19)

  • Pero, de hecho, la Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de que la Promesa fuera otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesucristo. (Gálatas 3, 22)

  • Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa. (Gálatas 3, 29)

  • Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa. (Gálatas 4, 23)

  • Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa. (Gálatas 4, 28)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina