Löydetty 108 Tulokset: Polvo
«Por cuanto te he levantado del polvo y te he puesto como jefe de mi pueblo Israel, pero tú has ido por el camino de Jeroboam y has hecho pecar a mi pueblo Israel irritándome con sus pecados, (I Reyes 16, 2)
Entonces, Ben Hadad envió a decir: «Esto me hagan los dioses y esto me añadan si hay bastante polvo en Samaría para los puños de todo el pueblo que me sigue.» (I Reyes 20, 10)
Pero no le quedaron a Joacaz como tropas sino cincuenta jinetes, diez carros y 10.000 infantes, pues el rey de Aram los había exterminado y reducido a polvo de la tierra. (II Reyes 13, 7)
También el altar que había en Betel y el alto que hizo Jeroboam, hijo de Nebat, el que hizo pecar a Israel, derribó este altar y este alto, rompió las piedras, las redujo a polvo, y quemó el cipo. (II Reyes 23, 15)
Ahora, pues, oh Yahveh Dios, que se cumpla la promesa que hiciste a mi padre David, ya que tú me has hecho rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. (II Crónicas 1, 9)
Derribaron en su presencia los altares de los Baales, hizo arrancar los altares de aromas que había sobre ellos, y rompió los cipos, las imágenes y los ídolos fundidos reduciéndolos a polvo, que esparció sobre las sepulturas de los que les habían ofrecido sacrificios. (II Crónicas 34, 4)
derribó los altares, demolió los cipos y las estatuas y las redujo a polvo, y abatió los altares de aromas en toda la tierra de Israel. Después regresó a Jerusalén. (II Crónicas 34, 7)
El día veinticuatro de aquel mismo mes, se congregaron los israelitas para ayunar, vestidos de sayal y la cabeza cubierta de polvo. (Nehemías 9, 1)
Desde lejos alzaron sus ojos y no le reconocieron. Entonces rompieron a llorar a gritos. Rasgaron sus mantos y se echaron polvo sobre su cabeza. (Job 2, 12)
¡cuánto más a los que habitan estas casas de arcilla, ellas mismas hincadas en el polvo! Se les aplasta como a una polilla; (Job 4, 19)
No, no brota la iniquidad el polvo, ni germina del suelo la aflicción. (Job 5, 6)
¿Y por qué no toleras mi delito y dejas pasar mi falta? Pues ahora me acostaré en el polvo, me buscarás y ya no existiré. (Job 7, 21)