Löydetty 70 Tulokset: Partes

  • Tal es la tierra que repartiréis en heredad entre las tribus de Israel y tales serán sus partes, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 48, 29)

  • Susana gimió: «¡Ay, qué aprieto me estrecha por todas partes! Si hago esto, es la muerte para mí; si no lo hago, no escaparé de vosotros. (Daniel 13, 22)

  • Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea. (Marcos 1, 28)

  • Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes. (Marcos 1, 45)

  • Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.» (Marcos 4, 8)

  • Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban. (Marcos 16, 20)

  • Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes. (Lucas 9, 6)

  • Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, (Lucas 19, 43)

  • Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Buena Nueva de la Palabra. (Hechos 8, 4)

  • «Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse, (Hechos 17, 30)

  • y se pusieron a gritar: «¡Auxilio, hombres de Israel! Este es el hombre que va enseñando a todos por todas partes contra el pueblo, contra la Ley y contra este Lugar; y hasta ha llegado a introducir a unos griegos en el Templo, profanando este Lugar Santo.» (Hechos 21, 28)

  • Toda la ciudad se alborotó y la gente concurrió de todas partes. Se apoderaron de Pablo y lo arrastraron fuera del Templo; inmediatamente cerraron las puertas. (Hechos 21, 30)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina